2. Cuevas de Lascaux, Francia
Las cuevas de Lascaux, en el suroeste de Francia, ofrecen ejemplos asombrosos de pinturas rupestres prehistóricas. Las cuevas contienen una serie de pinturas y grabados prehistóricos que se cree que tienen alrededor de 20,000 años de antigüedad. Las pinturas representan bisontes, cabras montesas, ciervos y ganado, entre otras cosas, y están por todas partes en las paredes. El ejemplo más sorprendente se encuentra en La Sala de los Toros, conocido por cuatro murales de toros. Uno de ellos mide 17 pies de largo.
Desafortunadamente, la presencia de personas ha sido destructiva para las obras de arte insustituibles. Y no solo eso, sino que las cuevas han estado plagadas de hongos y moho negro. Por lo tanto, las cuevas en sí mismas han estado fuera del alcance de los humanos desde la década de 1960. Por suerte, un museo y una réplica de las cuevas se abrieron recientemente justo al lado de las cuevas, por lo que al menos puedes codearte con la experiencia.